POEMA A UNA DAMA SAGRADA Y AJENA

Para aquélla de las miradas
y las sonrisas
y las sonrisas
Considerando que tanto te amo.
Me atrevo a desnudar el tibio vaho de tu cuerpo
llamarte en las soledades
escribirte obstinado silencioso en mis horas de “calma”
ocultarte mis infidelidades justificadas
Considerando que te amo.
Te llamo —vienes— y no te digo nada
te miro nos miramos —allí, tú silenciosa— pero sabes
que se me salen las palabras por los ojos
—ríes— estoy callado y caído
Estoy considerando ahora que te quiero.
Dañando tu imagen con estas palabras vacías
oliendo tu cabello con mis verbos
—ay!, saltas— y yo me preocupo
te has picado con algo —estás llorando—
Y considerando que te amo…
En estos versos te estoy profanando.
Me atrevo a desnudar el tibio vaho de tu cuerpo
llamarte en las soledades
escribirte obstinado silencioso en mis horas de “calma”
ocultarte mis infidelidades justificadas
Considerando que te amo.
Te llamo —vienes— y no te digo nada
te miro nos miramos —allí, tú silenciosa— pero sabes
que se me salen las palabras por los ojos
—ríes— estoy callado y caído
Estoy considerando ahora que te quiero.
Dañando tu imagen con estas palabras vacías
oliendo tu cabello con mis verbos
—ay!, saltas— y yo me preocupo
te has picado con algo —estás llorando—
Y considerando que te amo…
En estos versos te estoy profanando.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio